A los vencidos de estos tiempos.
Las alcantarillas ancladas al suelo
como arcos de triunfo subterráneos,
filtrando, escurriendo el sudor frío
y sucio de la ciudad,
sin neones de color rojo
ni alambradas de metal pulido,
simplemente residuos inertes,
restos de la vida que existió,
reciclados vagando por túneles y laberintos,
compartiendo su espacio con las ratas
que exiliadas de la superficie buscan su sitio
entre legajos de papel raído, apuntes del subsuelo,
frutos podridos de arrabal,
así destilan gota a gota el peso de su olvido,
los intocables sin medallas
que no se molestan al ver caer
al suelo las banderas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario