Una vida llevada al extremo,
al límite de los limites,
senderos de locos, las calles.
Se te veía mal aspecto
aunque tu decías que todo iba bien.
Los demás te esquivaban,
miraban hacia otro lado
presos del pánico por tu locura.
Fue en agosto cuando me llamaste por mi cumpleaños.
Me decías que habías oído la voz de Ian Curtis
al despertar esta mañana.
Luego, no volví a saber de ti.
Hoy me enteré de tu marcha
previsible y anunciada.
En el coche con Joy Division
hago una excepción para llorar.
Una esquina, unos versos, unos acordes de guitarra al compás de las luces de neón. Aceras, adoquines, kilómetros de asfalto y carretera. Las botas gastadas aprietan mucho más que antaño y el cuero de la cartera no huele igual que antes. Camisetas blancas de tirantes, arpegios con cuerdas de metal y el sudor de las paredes de un local más que se agita entre copas de vino y vasos de cerveza. La banda de los corazones solitarios hace tiempo que está de gira, dicen que pronto volverá por aquí, mientras la poesía intenta doblar los renglones torcidos de una realidad que se mueve demasiado deprisa. Vasos cortos de licorprohibido que baja por la garganta y macera en las tripas, una tarjeta de visita amarillenta con las esquinas gastadas, hemos llamado a tu puerta, hoy estás de suerte.
Después de su vigésimo aniversario 2004/2024, Absenta Poetas, continúa en la acción directa, combinando las ediciones de su revista con los recitales y conciertos. Vuelven años de pisar el mármol de los bares, pubs, salas, bibliotecas y librerías, la tierra sin techo que se viste al aire libre y las habitaciones de los poetas y músicos que siguen dando vida a este viaje con forma de proyecto de largo recorrido. Más de 17.000 ejemplares sueltos, que vuelan sin retorno, como testigos agradecidos de esta andadura que sigue mirando al futuro, para daros las gracias a todas y a todos los que apoyáis este compromiso. Velas, incienso, dos monedas para los caídos y un brindis para tod@s vosotr@s... Absenta Poetas, seguimos...
No hagas una excepción en dejar la poesía nunca. Un abrazo.
ResponderEliminarNicolás, bravo, amigo.
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