Una esquina, unos versos, unos acordes de guitarra al compás de las luces de neón. Aceras, adoquines, kilómetros de asfalto y carretera. Las botas gastadas aprietan mucho más que antaño y el cuero de la cartera no huele igual que antes. Camisetas blancas de tirantes, arpegios con cuerdas de metal y el sudor de las paredes de un local más que se agita entre copas de vino y vasos de cerveza. La banda de los corazones solitarios hace tiempo que está de gira, dicen que pronto volverá por aquí, mientras la poesía intenta doblar los renglones torcidos de una realidad que se mueve demasiado deprisa. Vasos cortos de licorprohibido que baja por la garganta y macera en las tripas, una tarjeta de visita amarillenta con las esquinas gastadas, hemos llamado a tu puerta, hoy estás de suerte.
Después de su vigésimo aniversario 2004/2024, Absenta Poetas, continúa en la acción directa, combinando las ediciones de su revista con los recitales y conciertos. Vuelven años de pisar el mármol de los bares, pubs, salas, bibliotecas y librerías, la tierra sin techo que se viste al aire libre y las habitaciones de los poetas y músicos que siguen dando vida a este viaje con forma de proyecto de largo recorrido. Más de 17.000 ejemplares sueltos, que vuelan sin retorno, como testigos agradecidos de esta andadura que sigue mirando al futuro, para daros las gracias a todas y a todos los que apoyáis este compromiso. Velas, incienso, dos monedas para los caídos y un brindis para tod@s vosotr@s... Absenta Poetas, seguimos...
TÓCAME de SHARLON ÁLVAREZ
Tócame
tócame, sin tapujos ni inhibiciones,
pues mi cuerpo en tus manos es arcilla,
deja que tu tacto arranque mi piel
desgastada por los años, olor a pecado,
tócame sin remordimientos
que la vendimia es escasa y el vino
brota de mis poros amalgamada
con esa sensación a abandono.
Siénteme jugando a ser hombre
con hambres atrasadas y dudas ciertas,
permite que mi cuerpo se alborote
con tu presencia lejana, con tu silueta
ajena y perfecta, con este sueño sin sueño,
tócame y lleva al cénit mi tormento,
ese que enjuaga mis ojos con la savia
de tu boca, deja que me pierda en tu mirada
y respire de tu aliento la desazón y la desidia.
Tócame y deja que mis manos liberen
el fulgor de mi deseo atrapado en la vidriera,
siénteme entre tus muslos de diosa y que por fin
la lascivia nos atrape en medio de este juego amargo.
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