Versos de ALEJANDRO REBOLLO


I

En acordeón, su estirpe huida mano
invocando el genoma, la voz griega
lo anterior, lo que el nombre esconde, el canon,
lo que fui quizás, el raptor de Helena,
la sombra gris en el trigo, el otro lado,
sepultado en un vórtice de niebla.
Bajando Orfeo a los infiernos, raspando
el arpa oscura que durmió a la bestia.
Sol verde en el horizonte mirando
aquel último instante antes de verla,
acariciando el aire; caída en vano
hacía la noche, belleza muerta
de un rostro inmortal, el secreto largo
con que me adentré en la eterna tristeza.

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