Unos días fumo
porque en el Infierno
todo el mundo me da fuego
y no voy a hacerles un feo
no sea que se cabreen
y me deporten al Cielo.
Otros días bebo
para paliar los aguaceros
y evitar que llueva sobre mojado,
a menudo invito a mis recuerdos
pero como no aguantan nada
pues se emborrachan. se olvidan de todo
y no vuelven en una temporada.
Algunos días discuto
por la manía que tengo
de decir siempre lo que pienso
(aunque sea cierto)
acabo mal con todo el mundo
hasta que pasado un tiempo,
entre bromas, nos reconciliamos
y un buen día, vuelta al ruedo.
Hay días que me entristezco
y hago muchos aspavientos
mientras me quejo y me quejo,
suelen ser problemas
que solucionarían una llamada,
o más bien, unas cuantas
pero ya he quemado muchas tracas.
Ya llevo quinientos días
escribiéndote poemas,
y todas las madrugadas
te sueño sobre mi almohada
y me despierta tu ausencia
en las noches cerradas
vacías, de lunas llenas.
Unos días fumo,
otros días bebo,
algunos discuto,
y hay días que me entristezco,
pero sobre todo,
todos, todos los días
te echo de menos.
Para ti, Marian...
... un rayo de luz en un mundo de tinieblas.
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