AUTORETRATO de ALFREDO GONZÁLEZ

Soy hijo del hambre
y del miedo de mis padres.
Vivo solo en una casa
con vistas al mar,
aunque soy de los suburbios,
de las vísperas de nadie.
Me hice viejo a los catorce,
correoso a los diecisiete,
loco y joven ya mediada la veintena
y ahora floto en ese lugar intermedio
que hay entre la soledad y las promesas.
Hablo solo por la calle,
bebo Bourbon,
le escribo al mundo
y fumo a solas.
Me esfuerzo en encontrar el compás,
el tempo adecuado que
acune estos versos
míos, tuyos; ojalá nuestros.
Ojalá sean para ella estos versos.
Dejadme que me presente:
Soy el amante improbable
que vino cansado.
Soy el tipo callado
que hay detrás de la sonrisa.
Soy la voz sin voz de esta afonía.
Soy mis actos.
Soy mis versos.
Soy Alfredo.
El que a pesar de andar perdido aún camina.

1 comentario:

  1. Uno de los retratos, que versan una presencia contundente y sin embargo cierto calor se resguarda entre líneas...

    un placer,

    A.

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