FUNERAL DE LA URBE MUTANTE de MAXI DE LA PEÑA


Nos asfixiamos en esta densa nube.
Sí, la visión de esta ciudad
es deforme, burocrática, sesgada.
Todo lo que causa confusión deliberada
nos convierte en horribles monstruos,
caminamos entre una espesa niebla
que nos ciega en la manzana
de colmenas de semblante soviético.
Hay tanta fealdad heredada que distinguir
una cucaracha aplastada, por una brutal hoja,
de una persona diminuta en peligro de extinción,
lo deciden los buitres que sobrevuelan
las calles laberínticas de nuestras mentes enfermas.
Los carniceros sociópatas se mudan
a cualquier despacho donde se puede
retorcer nuestra existencia.
Obedecemos hacinados en un matadero
de hormigón y árboles artificiales.
Tic tac, tic tac...
Somos óbitos alineados en el mortuorio
envueltos en sábanas claustrofóbicas.
de un hospital privatizado.

CIVITAS DOLOROSA de ALEN KERISH

"Irás a las ciudades de papel
y nunca volverás".
John Green
Pasa el tiempo
demasiado despacio
en la ciudad
vacía, como una copa tardía.
La noche nos arropa
con vistas a la bahía
entre la espesa lluvia
que nos empapa
hasta los huesos del alma,
y la gente extraña
que nos rodea
como la boa
abrazando a su presa
antes de comérsela:
acólitos conniventes
al banquete cainita.
Una sensación tan ajena
como cercana,
tan lejos de casa...
cuanto más calienta el sol
más se acerca la tormenta
que nos separa.
"Lo más duro siempre
es el primer golpe de guadaña".
El puerto en el que te quiero
naufraga, cerca de la eternidad
lejos de la tierra prometida.
Bajo intemporales estructuras
que sobreviven estáticas
erguida sobre las aguas
se encuentra la vieja dama.
Un avión despega,
vive John Lennon
a su manera
en la gran manzana.

1ª SINGLADURA: todo empieza en el ártico de ANXO MUIÑOS

I

¿Para qué sirve el papel?
El papel sirve...
para mezclar recuerdos
de calamidades y de ilusiones,
para enraizar los pasos de mi abuelo,
de un marinero encarcelado,
de un niño y de un viejo.
Mi abuelo en el Ártico fue apresado por la banquisa.
Consiguió arribar rompiendo hielo a la isla de Osos,
allí pasó un invierno.
Usaba el papel para calentar los pies
y para escribir sus esperanzas.

II

Partir
Mi abuelo antes de marchar,
se bañó en el río,
abrazó un árbol,
besó el prao,
bebió agua de la fuente,
plantó árboles en tierra húmeda.
Ya estaba preparado...
para navegar o para morir.
Los viejos dioses del mar lo decidirían


NOTA: Estos dos fragmentos poéticos forman parte del primer poema del libro Singladuras
a Ulin que será publicado próximamente por Septentrión Ediciones

REVISTA (EN DIGITAL Y ONLINE) ABSENTA POETAS Nº 17

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