Nº 1, de Alen Kerish



En este mar inmenso
cuando me ahogo en mis recuerdos,
tus besos me dan oxígeno
para seguir viviendo.

Cuando el sol calienta y me quemo
en las llamas de este infierno,
tu sonrisa me da aliento
para resistir al tiempo.

Cuando el frío me abotarga
en lo más profundo del invierno,
tus abrazos arropan
este corazón eterno.

Cuando la noche lúgubre cae
y de tu ausencia siento miedo,
tu dulce voz alumbra
la oscuridad de este tormento.

Cuando el viento golpea
los cimientos de mis sentimientos,
tu Amor me da la fuerza de Atlas
para aguantar los cielos.

Cuando mis fantasmas perturban
la paz de este cementerio,
lamento que todo haya acabado
y apuro el último verso
de este epitafio.

"Es duro acostumbrarse a
ver cadáveres en las
esquinas de las sonrisas"
J. Galíndez

PRINCIPIO DE UN FINAL, de Sol Bezanilla


Esta mañana me ha hecho un guiño la memoria
ha abierto sus párpados, ha enseñado sus pupilas,
esa pupila grande y ese oscuro laberinto a donde
va a parar el alma, tranvía con raíles chispeantes.
He oído el ruído de tu risa,
niebla cayendo, que devora trozos de mi alma,
ADN de mi piel quemada
por tu aliento extraviado y tus
palabras con puntos de fuga,
ojos de simas, hondos y certeros,
cavernas oscureciendo los días,
ocres sombras desgranando la luz
contra el tiempo, péndulo escondido
cayendo bajo mantas
de vigilia de sueños.
Hoy también mis párpados han cerrado
puertas cruzadas, desprendidas, atracadas,
umbral traspasado.
Ahora tengo rosas en las manos,
misterios en mi alma,
ojos asomados a miradas
de vértigo, El Sáhara en Oasis
de aire volátil envolviendo órbitas,
acariciando la sed de querer siendo.

CIUDADES ELÉCTRICAS





El pasado jueves 12 de noviembre, el salón de actos de La Vidriera (Maliaño - Cantabria) acogió el espectáculo "Ciudades Eléctricas", un auténtico show donde se combinó la poesía, la música y la pintura.
Javier Perales nos deleitó con sus blues en forma de poema de su último libro "Esperando al tiempo", perfectamente sincronizado con la música, la armónica y los punteos acústicos de Jadris, quien intercaló varios de los temas recogidos en su álbum "Tras la sombra de Will Munny", último trabajo discofrágico de Jadris & Los líos, un soberbio abanico de once canciones con verdadero "sabor a carretera". Y para aderezar la ensalada de versos y estrofas musicales, Valvanuz Lezcano dejó que sus manos se movieran al ritmo de lo que escuchaba para trasladar todas esas sensaciones sobre un gran lienzo en blanco.
Fue un auténtico cartel de lujo; una de esas experiencias escénicas que dificilmente pueden olvidarse; fue, de nuevo, la magia de la poesía, salida de la chistera de los mejores prestidigitadores.
BLUES, de Javier Perales
El blues de las camas incorruptas,
de la noche que se consume en vano,
de un amanecer tan largo.
Las estrofas melancólicas del que espera,
del sombrero de copa en el armario,
de unas botas sin estrenar.
El nocturno en un piano desafinado
suena como el viento que bate las hojas,
igual que la brisa secando tus lágrimas.
Sigue la canción triste de este invierno,
el trozo de pan que falta en sus manos,
el último trago en la botella
es música de tejados raídos,
son huellas cansinas en la playa,
es el brazo que lucha por alzar el puño.
KILÓMETRO 43, de Jadris
En cada calle de la gran ciudad
hay un amante de contestador
mientras el mundo sigue dando vueltas
y brillan las farolas.
En el kilómetro 43
las carreteras están llenas de perros,
gasolineras con hambre de amor
y mánagers de feria.
La línea que separa
está tocando fondo
el límite entre bien y mal.
Tú me mirabas con ojos lascivos,
yo te invité a una copa,
me desperté solo al amanecer
en un hotel sin nombre.
En el kilómetro 43
tú te alejabas entre faros de niebla,
la reina de las noches de placer
y un corazón de piedra.
La línea que separa
está tocando fondo,
el límite entre bien y mal,
amantes de madera
y fuego en el volante.
Kilómetro 43.
lienzo: Valvanuz Lezcano
fotografías: Mikel Lado Peña

DESEMBARCO en MADRID




El pasado miércoles día 4, y durante toda una semana, ABSENTA POETAS desembarcó en Madrid de la mano de Isidro R. Ayestarán y Mikel Lado, en el Club Bukowski, local que sirve de punto de encuentro cultural y que está ubicado en pleno corazón del barrio de Malasaña, en la calle Vicente Ferrer. El primero presentó su Cabaret de los Sueños, en un monólogo teatral y musical con lo más duro y comprometido de su repertorio: la lapidación de mujeres, el asesinato de homosexuales en Irán, las víctimas inocentes en cualquier conflicto bélico. Por su parte, Mikel presentó nuestra revista, hizo una exposición con nuestras actividades y nuestros objetivos, y recitó uno de sus poemas, dedicado a Mario Benedetti.
Tanto en la jam de poemas del miércoles, como en la de relatos del domingo 8, los asiduos al Bukowski, también poetas que se lanzaron a recitar sus diversos trabajos, se interesaron por ambas obras, logrando crear un clima y ambiente poético verdaderamente admirable.
Desde estas líneas, vaya nuestro agradecimiento a Inés Pradilla, la Maestra de Ceremonias del local, a todo el público del Bukowski por su respeto y silencio, y a la revista YAREAH, que cubrió el acto teatral y de presentación de la revista.
Fue el primero de los muchos actos que realizaremos fuera de Cantabria.
Absenta, sin duda alguna, se encuentra en su mejor momento de expansión.
Mil gracias a todos.

EL UNIVERSO AZUL, de Juanjo Galíndez


El universo azul
te invita a caer
desde una única parte.
Las escaramuzas de sus hijos
se cuelan acantilados
una mañana más,
y viven sus vidas,
miman su cuidado,
rumian su amor picado.
No es lo mismo
llegar entre sollozos
que morir chillando,
y que el aire te olvide
sin transportar tu voz.
El universo azul
no refleja sombras,
las abraza en su porvenir,
en su caudal callado.

ESTRENOS, de Marianella Ferrero



Si vuelvo, seré otra,
nunca más serás vos,
ni serás tampoco
testigo de mi añoranza,
porque no podré extrañar
lo que no me has dado.
Extrañaré entonces
la cuna de otro abrazo
y al pisarte
dejaré las huellas
de mil huellas
de caminos exiliados.
fotografía de Jan Saudek

LA PROFECIA MAS EXACTA, de Angel Gómez del Pozo



Sin duda sé que llegará el momento amargo
de aceptar la profecía más exacta:
el fin de mi estancia entre la luz humana,
el inicio del latido exento.

El frío son de unas campanas
divulgará la tregua sofocada.
Intuyo alguna flor, alguna lágrima,
pero soy sólo uno más en esta pausa.

El llanto y el dolor se irán difuminando
por la extensa vereda de la desmemoria.
Al fin cruzaré el áspero desierto,
me mudaré de casa,
entregaré el bastón de acatamiento,
cansado del error y el desacierto,
cansado de acatar tanto silencio,
cansado de rimar palabras y emociones,
pero no me pesará el haber amado.

fotografía de Pascal Renoux

LAGRIMAS TARDIAS, de Mikel Lado



Mis lágrimas se estrellan
contra el limpiaparabrisas
en esta noche de oscuridad
en la baldía carretera maldita,
que quebró mi espíritu
me arrancó el corazón
y mi última existencia,
herencia de tus mentiras.

La autopista sin retorno
sin una señal de bienvenida
sin descanso, sin guía,
camino inminente
al infierno de tu ausencia
y al triunfo de tu nueva vida,
y sin una lágrima tardía
al final, cercano de la mía.

fotografía de Jean Jacques André

ESTRELLAS, de Javier Perales



Robé un puñado de estrellas
en un descuido,
las guardé en mis bolsillos,
en tarros de cristal,
escondidas debajo de la hierba,
robé un puñado de estrellas
en un descuido,
tímidamente asoman su luz
entre mis bolsillos.

fotografía de Jan Saudek

EN UN ESTADO DE FRAGILIDAD APARECERA LA VALENTIA, de Oscar Domínguez


Estoy intentando llevarte
al escondite iluminado de mi vida
con los ojos vendados
con un verso atado
a tus muñecas invadidas por gaviotas.

Estoy intentando descubrirte mundos nuevos
como hace un turista en una ciudad imperial
para que dilates tus pupilas al escuchar
las esquinas que doblarás en mis palabras de amor.

Estoy intentando llevarte
por los caminos más enrevesados
de la verdad más incierta, con esos atajos
que quizás no quisieras,
para quitar importancia al destino dentro del trayecto.

Estoy intentando descubrirte
que nuestro pálpito no será un pasajero
en vuelo de bajo coste
porque para el amor hace falta tiempo y vocación,
pero también un billete de responsabilidad.

Estoy intentando llevarte
las lágrimas en una maleta cerrada
tirando la llave al sumidero de la tristeza
para que tu sonrisa sea una luz que alumbre mi vida.

Al verso de Luis García Montero
fotografía de Pascal Renoux

LA MADRE HERIDA, de Juanjo Galíndez



Entre tu tendencia a mecer
la primera luz
por el caminito de plata
desaparezco sin apenas nada.
Entre tu vaivén en mar
inundando el recuerdo
con sabor a sal y a nada.
Entre la cabeza agrietada
y la fisura del olvido
tras el siguiente resoplido
para quedar con nada.
Mojado en vida,
empapado en rastros de realidad,
asomándome a la fe
que termine con mi sed
para quedarme contigo.

fotografía de Isidro R. Ayestarán

LA PIEL DE LOS DIAS, de Soledad Bezanilla



Esa piel de las manos estrechadas
los brazos, abrazados, de torsos
esculpidos, de piernas entrelazadas
de pies caminando, danzando, saltando
asfaltos, tierras, arenas
dejando huellas errátiles
entre el impuro olvido
de nuestra ya no desigual vestidura
se me hace sombra arrebatada
embriagada de olvido
puedo curvar la madrugada
para hacer más mío el tiempo y
dártelo y hablarte por fin
de la primavera, de la piel
del aire, del viento, de la luna, del sol
deslizándose por mis modestos hombros
suspendidos como una sábana
donde se sueña mientras los días
hacen, deshacen, mudan la piel.

fotografía de Isidro R. Ayestarán

MUROS, de Katho Gómez


Hice muros
derribé puentes
tejí mi cuerpo en la fortaleza de nadie
cubrí mi pecho e hice de Dios un recuerdo
innecesario
Te dejé volver
forjé las líneas de mis manos
Transitaste entre ellas sin remedio
Escondí mis años bajo la alfombra de la sala
los aparqué en la calle de al lado
Dejé de ser yo
para ser nada
para ser nadie
Los muros se llenaron de humo
Los puentes de máquinas en llamas
Mi pecho es un hueco enorme donde
habitan las ranas
Te dejé ir
Las líneas que transitaste desaparecieron
mis arrugas también
En la calle de al lado ahora viven perros sin
dueño
Ahora soy yo...

EL "AZUL nº 5" de ABSENTA POETAS


Ve la luz la edición verano 2009 de la revista ABSENTA POETAS, la Publicación Irregular de Cultura Subterránea. En esta ocasión, el artista invitado es Mario Benedetti con su cita "Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida".
Para la portada, de un color azul electrizante, una evocadora fotografía en sepia de Fernando Domínguez sirve para introducir al lector en el peculiar mundo de versos de Javier Perales, Mikel Lado, Juanjo Galíndez, Alen Kerish, Marianella Ferrero, Oscar Domínguez, Angel Gómez del Pozo, Isidro R. Ayestarán, y la presentación en este número de Katho Gómez y Soledad Bezanilla.
Una nueva oportunidad para dejarse llevar de la mano de la poesía a un horizonte donde el amor y las propias vivencias de cada uno son los verdaderos protagonistas.
La podréis encontrar en los puntos de difusión habituales.
No os la perdáis.

ABSENTA POETAS... en el IV IGUÑA PUNK FESTIVAL



El pasado sábado 25 de julio, los Absenta Poetas participamos en el IV Iguña Punk Festival, realizado en Molledo (Cantabria), donde, para la ocasión, Javier Perales, Mikel Lado, Isidro R. Ayestarán, Juanjo Galíndez y Marianella Ferrero, acompañados una vez más por la poderosa guitarra de Sesi Mier, desgranaron sus versos más comprometidos y duros ante las miradas - atónitas - de los allí congregados, quienes llevaban desde el día anterior asistiendo al desfile de varios grupos y cantautores.
Un escenario distinto, un público diferente... y la recompensa de llevar la poesía a cualquier rincón y a cualquier público, sin elitismos ni miramientos de ninguna clase.
Y en cualquier caso, una grata experiencia.
Otra más.

CUANDO ANOCHEZCA EL INVIERNO, de Isidro R. Ayestarán



Cuando anochezca el invierno,

el amor volverá a nuestros corazones,

y la época más fría del año se truncará

en la más hermosa, aquélla en la que

regresaremos el uno al otro para,

en un juego de miradas, mentirnos

al decirnos que habíamos estado separados

tanto tiempo, ya que en verdad te digo

que el anhelo de tu presencia te hacía

cercano a mi vida y los besos que le daba a la luna

eran tuyos antes de que ella los sintiera.

Pero eso será mañana, cuando anochezca el invierno.

Hoy...

déjame seguir soñando contigo.

HOJAS DEL RECUERDO, de Mikel Lado



Hojas pardas, sin su magna presencia
desbaratadas, rotas, desordenadas
sin concierto sobre las aceras
me dicen, que vuele más al norte,
donde las aceras no repliquen nada
pues antaño, ya paseaba solo por ellas
mis botas, aún con barro, recuerdan.
¿Dónde quedó todo el orden aquel
que recuerdo, de ellas en mi niñez?
Otoño, invierno o verano, no sé
hoy el tiempo, en esencia perturbado
me priva de la capacidad de saber
si donde veo hojas, sólo son recuerdos
o son las huellas de lo que siempre quise ver.
fotografía original de Olga Yugov

LA MAREA, de Javier Perales


Baja y sube la marea,

espuma purificadora baña el miedo

corta de un tajo el frío acero,

las llagas y el dolor

hacen agujeros en la roca.

Baja y sube la marea,

arranca el recuerdo del suelo,

roba la visión peregrina,

decora el horizonte inerte

y el consuelo de los necios.

Baja y sube la marea

con la vida y la nostalgia

con esbozos y retratos

es danza seductora

que deja sal en las heridas.

extraído de "Desembarco de poesía - cuaderno de Normandía"

fotografía de Mikel Lado Peña

OMAHA SANGRIENTA, de Alen Kerish



Cuando me alisté, con dieciocho años, nunca pensé que me vería implicado en un conflicto de este calibre, pensaba estar en una oficina con un rango medio, teniente o algo así; pero durante unos cuatro largos años estuve luchando por lugares que ni siquiera conocía, con la certeza de que el infierno no podía ser peor. En todo este tiempo he visto y sentido muchas cosas, intento recordar sólo los buenos momentos, cuando estábamos todas las compañías en el campamento y nos divertíamos en los escasos días que teníamos de "descanso", en ese ambiente de hermandad que nos proporcionaba un poco más de aliento para seguir combatiendo sin dejar que el miedo nos paralizara. Pero... ¡Dios mío! he observado tanta muerte y destrucción en mis "privilegiados asientos de primera fila".

Nunca podré olvidar aquel seis de junio, creo recordar que era sábado, un sábado noche a altas horas de la mañana, embarcamos rumbo al frente, algo importante estaba ocurriendo ya que desde la dura derrota en Dieppe, el Alto Mando no planeaba incursiones en Francia, la confirmación llegó cuando, transcurridas unas horas, ante mi atónita mirada pasaba un gran número de aviones Spitfire, Hurricane... y una infinidad de tropas de infantería, artillería y carros blindados, todo ello en un despliegue de barcos de tal magnitud que podías ir saltando de barco en barco y adentrarte cientos de metros en el mar. Nuestra superioridad numérica era arrolladora, pero se contrastaba con su posición estratégica.

Algunos, al ver tanta variedad de tropas terrestres, en un claro alarde eufórico dijeron: -¡adelante, que son pocos y cobardes! -, quizás tenían razón, pero nosotros más que ser valientes, estábamos locos.

Al amanecer, el sol estaba oculto tras una gruesa capa de nubes grises y borrascosas como preludio de la batalla, así la fugaz sensación de tranquilidad se vio truncada por el inminente enfrentamiento entre enemigos y aliados que rompió el silencio espectral. En ese momento comenzó la macabra sinfonía.

Ante la posibilidad de ser alcanzados por el fuego enemigo, antes de abordar la costa, saltamos, el agua nos cubría casi por completo, pero no había tiempo para pequeñeces, ese era el menor de nuestros problemas, la sangre daba al agua un tono granate mientras se filtraba en la arena, apenas podías arrastrarte entre los cadáveres que servían como escudos indirectos, no era nada agradable, pero supongo que tampoco lo sería estar muerto.

Todo era confusión. Las unidades, muchas de ellas sin jefe, se habían mezclado y la mayoría no estaba donde debía estar.

Las bombas caían sin cesar, los barcos ardían, los vehículos, empantanados, eran alcanzados por los proyectiles, las provisiones se mojaban; las lanchas intentaban constantemente llegar a tierra y en ese momento, algunas tocaban minas y explotaban... todo estaba revuelto como en un depósito de chatarra.

La playa estaba llena de soldados fallecidos, heridos o buscando refugio. Logramos llegar hasta un pequeño muro de piedra, pero nuestra protección duró poco, las tropas de mortero enemigas habían estado esperando ese momento y comenzaron a lanzar sus mortales disparos contra los objetivos predeterminados. Los proyectiles con fusibles de impacto daban en el blanco, la metralla, los fragmentos y las piedras causaban innumerables bajas. Nuestras olas de atacantes se estrellaron contra las defensas del enemigo.

Entre la niebla que producían las bombas de humo y el polvo que levantaban los obuses, se podían oír los gritos de los soldados, doloridos por alguna herida grave de un disparo certero o simplemente temerosos de morir, pero no todo eran simples chillidos, también se oían oraciones completas y desoladoras, tales como: -sólo hay dos tipos de soldados en esta playa, los caídos y los que van a caer. ¡Larguémonos! - era algo comprensible ya que nadie mantenía la calma en esos terribles momentos, hasta los que fanfarroneaban de sangre fría y nervios de acero se derrumbaron psicológicamente.

Cada centímetro de tierra valía una gota de sangre. Nos ordenaron avanzar, fue la peor idea en la triste historia de las malas ideas, tan descabellada como asaltar el sistema de trincheras de la I Guerra Mundial, pero había que hacerlo, las órdenes eran las órdenes, aunque aquello no era mejor que un consejo de guerra.

Así pues, salimos, ésa fue la única vez que vi de cerca a la muerte, no era una funesta figura entre las sombras, sino una MG42 que escupía fuego a diestro y siniestro.

En ese momento, una ráfaga de ametralladora silbó en el aire, un compañero sintió un profundo dolor en el pecho que interpreté por su gesto, el fusil le resbalaba entre las manos, sus piernas comenzaron a flaquear, en unos instantes cayó de rodillas y se desplomó sin remedio sobre la arena, la sangre manaba a borbotones; instintivamente bajé la vista hacia mi camisa, estaba empapada de sangre y ni siquiera me había dado cuenta de ello.

De repente me paralicé y vi una extraña imagen, era mi madre sentada en el porche enseñándome... ¡¿la póliza de seguros?!

Entre todas las explosiones y disparos, un gran estruendo me sobresaltó, alcé la vista y vi a lo lejos refuerzos, destructores y cazas aliados, que arrasaron las posiciones enemigas.

Supongo que ahora mismo os estaría contando esta historia si no llega a ser aquella bala perdida que... en fin, la guerra es una de esas cosas que nunca resulta como fue planeada.

Sto. 29ª División de Infantería
Thomas H. Miller

fotografía de Mikel Lado Peña
extraído de "Desembarco en Normandía - cuaderno de Normandía"

HUBO UN TIEMPO, de Juanjo Galíndez


Hubo un tiempo en que los hombres no pensaban, morían.

Hubo un tiempo en que la única verdad silbaba entre líneas enemigas. Se le llamaba paz al único descanso que volcaba el mundo de una parte.

Se le llamaba guerra a la ambigüedad rompiéndose entre fragmentos de carne.

Siendo testigos de lo que quedó, sólo puedo pensar en lo que resta. Tantas cruces inmaculadas formando batallones inertes, tantos recuerdos rozando el fetichismo cruel. Tanta estupidez y entre tanto, unas pocas ambiciones, terribles ambiciones arrastrando generaciones al abismo.

Aún hoy nos dan muerte por una mentira, por el oro negro o por la crecida del poder.

Me pregunto si hemos aprendido algo, si queremos aprender algo o si el alma humana es tan oscura que tan sólo tiene lo que se merece. Quiero pensar que en este momento, independientemente de las circunstancias, la esperanza está enseñando el camino al hombre. Debemos ser libres por encima de cualquier circunstancia.

Existe cierto aire de debilidad en el que no lucha, pero no en el que no se rinde.

Proyectamos un viaje para conocer qué había sido de aquel desembarco, para apreciar el flujo de la vida entre los caminos devastados de otra época, las ciudades en ruinas, el alma destruida.

Nos encontramos con gente sonriente, con librerías en todas las calles, en todos los lugares, estanterías para todos los gustos, de todos los colores; un ambiente bohemio, casi informal y el resurgimiento de un sueño sesenta y cinco años antes, la vida.

La cultura salvará al hombre. Normandía es el mejor ejemplo. Nada como abrir un libro y adentrarse en su magia para olvidar el tacto del gatillo y pensar dos veces, si en una guerra, en cualquier guerra, al que se elimina o mata no es el enemigo, sino a uno mismo.

Todavía hoy nadie duda que algo o todo está pendiente entre líneas, pero que sean versos los que formen.

Nadie niega que se planteen tácticas, pero que sea la verdad sin retórica la que ensalce la belleza.

Nadie desconoce las sombras del alma humana, pero que sean palabras las que tomen el testigo, palabras que emanen sentimientos elevados, capaces del hombre.

Hoy, desde este texto, quiero que todos nos desnudemos juntos, que caigan todos los uniformes; porque el ser que debe habitarnos a todos es y puede ser quien haga sentir el orgullo a las generaciones venideras del auténtico reto que alberga este mundo.

Convivir en armonía y disfrutar siendo nosotros mismos. Y repito:

Existe cierto aire de debilidad en el que no lucha, pero no en el que no se rinde. Luchemos todos juntos. Sabemos que es necesario, sabemos que es posible.

extraído de "Desembarco de poesía - cuaderno de Normandía"

ABSENTA POETAS... SORBO A SORBO


el equipo... listo para ofrecer un nuevo recital de poesía

la presentación fotográfica de FERNANDO DOMINGUEZ sobre "El mundo está loco (y yo también)"

SERGIO MIER, a la guitarra

GERARDO RAMOS, a la guitarra

JAVIER PERALES

MARIANELLA FERRERO

MIKEL LADO PEÑA

ISIDRO R. AYESTARAN

ALEN KERISH
Tras haber descorchado la botella con el recital "El amor... ese romántico maldito", el pasado 6 de junio arrancó el nuevo ciclo de Primavera de poesía organizado por Absenta Poetas, con la colaboración de la Concejalía de Cultura, en el Centro Nacional de Fotografía de Torrelavega. "Sorbo a sorbo", y a lo largo de una hora de duración, Javier Perales, Mikel Lado Peña, Alen Kerish, Marianella Ferrero e Isidro R. Ayestarán fueron desgranando su repertorio poético, junto a los versos de unos invitados muy especiales: Gerardo Diego, José Luis Hidalgo, José Hierro, Idea Vilariño, Eduardo Galeano, Gioconda Belli, Roque Dalton, Juanjo Galíndez, Heddy Navarro Díaz, El Conde de Lautreamont, Ramón del Valle Inclán, Liber Falco y Katho Gómez. Tras el montaje fotográfico de Fernando Domínguez, las poderosas guitarras de Sergio "Sesi" Mier y Gerardo Ramos introdujeron al público allí congregado en un mundo de versos románticos sobre los amores pasajeros y los anhelos del alma.
Pero eso no fue todo, ya que el pasado sábado 13, los poemas nos hablaron de este mundo que nos rodea, con sus miserias, sus acentos y sus quimeras. "El mundo está loco (y nosotros también)", dio paso a los trabajos más densos y comprometidos de estos poetas cántabros que no cesan en su empeño de transmitir al resto del mundo que la poesía sigue viva, y que nunca desfallecerá. Y todavía quedan dos pases más: "Requiem al misterio" (sábado 20) y "Con Eros, cuerpo a cuerpo" (sábado 27), junto a más poetas de la Asociación, como Laura Sañudo, Gimena Angeriz, Raquel García y Eva Bolado.
En los sábados de junio, Torrelavega y Cantabria se visten de poesía y sentimiento. Y los Absenta Poetas, firmes hasta la ronquera, son los encargados de hacer el traje a medida.
Y es que ya lo dijo el trovador Mario Benedetti:
Cuando la poesía asume la esperanza
puede salvarnos de la hartura fósil
y tal y como es / jardin sin cielo
puede inventarnos otro porvenir.
¿Te lo vas a perder?
fotografías: NEL

EL DESEMBARCO DE POESIA (cuaderno de Normandía)



Ya ha visto la luz el número especial que Absenta Poetas ha publicado con motivo del sesenta y cinco aniversario del Desembarco en Normandía durante la II Guerra Mundial, por tal motivo, y con un marcado acento anti-belicista, este cuaderno especial aglutina relatos y poemas de Mikel Lado (autor también de la maquetación y las ilustraciones del mismo), Javier Perales, Alen Kerish, Juanjo Galíndez e Isidro R. Ayestarán.
Con fotografías realizadas durante su periplo por las localizaciones exactas de aquel episodio bélico, y bajo el subtítulo de "Arena, agua y poesía...", los miembros de esta Asociación Cultural quieren agradecer la colaboración prestada del Ayuntamiento de Camargo, así como a los distintos medios informativos que recogieron dicho viaje, como El Diario Montañés, Radio Camargo, Diagonal Cantabria, y, especialmente, a todos los que nos apoyan, alientan y leen.
Y para abrir fuego, el primer relato de este cuaderno especial:

UNA FOTOGRAFÍA BAJO LA LLUVIA, de Mikel Lado Peña

Jack Swinney tenía seguramente unos padres, una familia, posiblemente hasta una novia; es más que probable que fuera una chica inglesa que conoció durante el tiempo que estuvo en la isla. Era un joven venido desde la soleada California, que curiosamente está ahora descansando bajo la fina lluvia de la baja Normandía. Se podría hablar de su vida, pero no sabemos en realidad demasiado, sabemos no obstante que pertencía a la 101 División aerotransportada, que el día 6 de junio de 1944 saltó en paracaídas desde un avión, a un lugar al norte de Carentan, y que tenía un objetivo que alcanzar y tomar, junto con más compañeros. Tampoco tuvo tiempo de hacer mucho más, porque ese mismo día de junio, el famoso día "D", acabó su vida.
Cuando paseábamos por el cementerio americano de Colleville-sur-mer, junto a la conocida "Omaha beach", lo que más me llamó la atención es que en ese lugar no se respiraba sensación de victoria, evocación a la guerra, odio o patriotismo exacerbado; lo que se notaba era el profundo respeto y gratitud a los allí enterrados. Todo el conjunto de tumbas era como si formara un gigantesco monumento por la paz. Las más de 9.300 personas allí enterradas nos recuerdan, tristemente, cual es el precio de las guerras. Y en esa en concreto, hubo cincuenta millones más...
Han pasado sesenta y cinco años desde aquel 6 de junio, pero conviene refrescar de vez en cuando la memoria colectiva de la gente, para que nunca nos olvidemos que la paz no es fruto de una sola victoria, es el triunfo de una lucha constante, en la que no hay que bajar nunca la guardia.
Aún hay demasiadas guerras, muchas de ellas olvidadas, como sus víctimas...
Todas las cruces del cementerio de Colleville-sur-mer son blancas, ninguna destaca más que las demás; tal vez nos recuerdan unos principios fundamentales que a veces se olvidan; todos los hombres merecen el mismo respeto, el respeto a la libertad y a la vida. Todas las vidas, todas, tienen el mismo valor.
Jack, no obstante, tenía dos flores junto a su tumba, eso me llamó la atención, y tomé una fotografía.
Alguien aún, - pensé -,
en su recuerdo, le sigue teniendo presente...

RES PUBLICA, de Alen Kerish


"Podrán cortar las flores, pero nunca podrán detener la primavera" (Pablo Neruda)

Está la botella medio vacía
sucia, gris, cubierta de polvo y tierra
producto de la mísera sequía,
de los amores perdidos, sin tregua.

En el viento los perros de la guerra,
ladraron, mordieron con furia y fuerza
y allá, solos, quedamos en la sierra
allá, con la esperanza en la tristeza.

Allá arriba, me eché al monte por Ella,
la dueña de mi vida y mis ideas
y en el cielo la vi, como una estrella
roja, con cinco puntas y una mueca.

Estaba radiante como una niña,
como una muchacha con su mantilla,
-Ah! ya lo entiendo- un ojo me guiña
por ser combatiente de la guerrilla.

Se encuentra la luna muy escondida
tras una oscura nube, muy sombría,
es una advertencia:-alguien peligra-
del bosque se asoman diez carabinas.

-¡Atentos emboscados, a esos lados!-
los guardias civiles cubren los flancos.

-No temas luna-, -Tú tampoco estrella-
aunque los guardias nos sigan las huellas.

-No os preocupéis, no nos cogerán vivos-
queridos astros, que de eso es testigo
el ojo del búho y la dinamita.
-No esté triste la rosa- así es la vida.

Y dile a mi madre, luna lunera
que no llore mi muerte, así es la guerra,
que en el jardín la he dejado, en la mesa
una botella que está medio llena
para que pueda olvidar la miseria
y que recuerde que valió la pena,
para que brinde por una victoria
que no vino nunca, que fue pasajera.

REDENCION, de Javier Perales



Recojo los trozos rotos del suelo
Enmarco entre panes de oro estos momentos
Desde este rincón donde te recuerdo
En la más estricta y escrupulosa intimidad
¡No! Que nadie se atreva a tocarlos
Cierto es que merecen ser celebrados
Ignotos y sagrados los bienes que guardamos
Oscuridad para todos los demás
Nadie admite la culpa que abre las heridas.


"Los pecados no se redimen en las iglesias, se redimen en casas y en las calles" (Martin Scorsese)


de su poemario "Esperando al tiempo"


fotografía de Jean Jacques André

EXILIADOS, de Juanjo Galíndez



Separados por fronteras,
por frondosas carreteras,
caminando sobre el fondo,
bajo el profundo manto,
entre anchas barreras,
separados, caminando
sobre el surco del olvido,
sobre el fondo,
exiliados,
rechazados,
heridos,
separados,
huidos,
sentimientos sin viaje
ansia de vuelta,
bajo el profundo manto exiliado,
heridos,
caminando sobre el surco
del olvido,
huidos,
melancolía eterna.


de su poemario "La torre del verbo"


fotografía de Jan Saudek

DEFINICION DEL ROMANTICISMO, por The Watcher In Your Mirror



Romanticismo es
aquello que nos alimenta para el bien
y nos nutre para el mal;
la congoja que electriza
la médula de un beso...
disfonías que conforman tu agonía.

Puedes cultivar la primavera en una estrella
o imaginar un invierno
que reverbera en sus pulmones;
pero no puedes cocinar tristezas o alegrías
a la carta, sólo para sazonar
tus apariencias o tus versos.
Se siente como se siente. Y punto.
Decidme que la vida es bella
pero nunca neguéis pulsiones eróticas
en la mirada de lo mórbido,
sólo por vuestras obsesiones nictofóbicas.

¿Amor=vida?
¿Odio=muerte?
¿Estáis seguros de que no se pueden cambiar términos,
de que no surgirán incógnitas,
de que tenemos una ecuación
con verdades absolutas?
¿No puede ser que amor + odio = Amor²?
¿Te has puesto a diluir una sonrisa
en un vaso de llantos
para poder decirme
que la alegría siempre sale a flote?
¿Te crees que mis besos saben rancios
sólo porque mi alma sufra de necrosis?

¿Te atreves a probarlos?

Entonces cállate.
(¿O tienes miedo de que te muerda el corazón y tus verdades se desangren?).

fotografía de Jan Saudek

GRACIAS POR EL FUEGO (en homenaje a MARIO BENEDETTI), de Marianella


Falleció Mario Benedetti, a los 88 años, en Montevideo, y éste es mi humilde regalo, no a su muerte, sino a los maravillosos poemas y relatos que nos ha regalado. He tenido la suerte de conocerlo y escucharlo varias veces, y de haber nacido bajo el arrullo de sus versos. Mi papá, que también se llamaba Mario, me regaló el primer libro que tuve de él. A mi viejo también le doy las gracias......por el fuego.........

para Mario Benedetti:

Anoche me costó dormir
te soñé varias veces
tu guiñada cómplice
y tu sonrisa última
¿Adonde irás ahora?
dejaste un libro incompleto,
eso no se hace!
te rescataré en las dulces palabras,
en la simpleza de tu mirada limpia
en la integridad de tus pasos pequeños
en la indestructible verdad que nos dejaste.
¿Adonde estás ahora?
quería contarte:
que mi hija se llevó tu libro esta mañana,
que me lo pidió mirándome a los ojos
y lo guardó en la mochila medio abierta.
Y que te fuiste con ella,
con su pelo rojo y sus parches en la ropa,
con sus dibujos en el techo del coche
al instituto de esta ciudad al norte de España
con su rabia por el mundo que no entiende
y que el gris de la mañana
es un velo de humo
y que andan por ahí tus versos
enredados en su pecho, cobijándola.
¿Adonde irás ahora?
que todo corre por encima tuyo
que todo ocurre sin que seas testigo
ahora, que el mundo sigue igual pero un día mas viejo,
ahora que tu cansado de mirarlo cerraste los ojos.
En google ya está tu biografía
con la fecha y hora exacta de tu muerte,
seguro que no saben
que en la triste mañana Montevideana
pasean tus palabras quedándose en las esquinas
y que nunca mas te irás,
porque serás parte de las veredas y las calles
para hacerles zancadillas
a los que alguna vez de allí te echaron.
Se que no te gustan los homenajes,
y menos los póstumos,
pero quería contarte solamente
que mi hija, se llevó tu libro esta mañana.

TRILOGIA DE LA RESURECCION, de Marianella



I
Ella no salió del cascarón,
los días sucumbían y ella
repleta de otoños
vestida solamente por llevar algo suyo
por sentir el abrigo
reconoció el último grito
y se sentó.
Ella quería caminar más,
los pies guardaban recuerdos y ella
esperó.


II
Los labios azules de frío
azul del mar
reventaban de espuma
y un llanto seco, jodido
se le escapó
grito
eco
necesitaba saber
y no lloró más.


III
Tampoco recordó
ni amasó más panes
ni recogió más flores
ni ató más cabos.
Era hora de desaprender
por fin
la boca muda, sonreía.


fotografía original de Jan Saudek

MADRUGADA, de Katho



El humo de la madrugada borró tu rostro.
El agua del río llenó tus ojos de barro.
Es hora
de estar sin estarlo,
de refugiarnos
y apagar la luz.

La noche aguarda sin afán tu llegada.
Ahora decidimos.
Nos hemos ganado la libertad,
libertad que dejamos ir.

Será bueno recordar sin sed,
sin manos expectantes a la mañana,
sin buenas intenciones que finalmente serán
malas.
Sin temor.
Aquellas respuestas migrarán hacia mi
esquina
para traernos de vuelta a esta tarde.


fotografía de Jean Jacques André

LA OPERACION OVERLORD DE LOS ROMANTICOS MALDITOS


Los poetas Javier Perales, Juanjo Galíndez y Alejandro Barranquero, junto al fotógrafo Mikel Lado Peña, ponían rumbo, a principios de abril, a Normandía con el propósito de "vencer las catástofres que acontecen en nuestros días con poemas como única arma para defender la paz". Tal destino había sido un sueño para los miembros de la asociación desde sus comienzos, hace cinco años. El periplo no es sino un acercamiento a la improvisación y a la esencia de los viajes "absénticos" de los poetas franceses del siglo XIX, a través de recitales poéticos acompañados de música.
El viaje, conocido como Operación Overlord, en honor al nombre en clave que se le dió al desembarco en Normandía, ha sido para los miembros de Absenta una "forma de revivir el espíritu de la bohemia". Con influencias de los románticos franceses Rimbaud, Baudelaire o Verlaine, y de poetas americanos de comienzos del XX, como Kerouac, forman una asociación libre, que no impone cuotas ni reglas, sólo la pasión por una poesía que bebe de las influencias de lo urbano, la generación beat, el simbolismo y la experiencia. L
a asociación elabora la revista Absenta Poetas, de carácter semestral y gratuito, con una tirada de 2.000 ejemplares, y que cuenta con la participación de poetas de Cantabria, Cataluña, Galicia y País Vasco. Además, la editorial dispone de nueve libros autoeditados por sus autores, y uno nuevo en camino, "Esperando el tiempo", de Javier Perales.
Absenta Poetas combina música, teatro, poesía e imagen, y sus recitales han recorrido lugares como Lugo, Oviedo, Lisboa y, ahora, Normandía. Intentan romper con el elitismo de las grandes editoriales que maximizan sus beneficios a través de un márketing agresivo y someten a censura la voz de muchos de sus autores. Por el contrario, este colectivo coedita todas sus obras y los beneficios revierten en la propia asociación.
La próxima cita con Absenta será a cargo de Isidro R. Ayestarán, con la colaboración de Oky, que presentará el 12 de mayo su nuevo espectáculo "Muñecas de cristal" en el Café Colilla Queens de Santander.

Una crónica de Cristina Fernández Hierro aparecido en el periódico "DIAGONAL"

ABSENTA POETAS con los niños en la XXVIII Feria del libro de Santander








Los pasados 29 y 30 de abril, Marianella e Isidro R. Ayestarán estuvieron presentes en la carpa que la Consejería de Educación de Cantabria ha habilitado este año 2009 para estar presente en la XXVIII Feria del libro de Santander, realizando unos talleres creativos con niños de diversos colegios de la región. Seis grupos de alumnos, de diferentes puntos de Cantabria, que atendieron a las explicaciones de cómo se creó y en qué consiste una asociación de poetas como es Absenta Poetas. Isidro recitó diversos poemas extraidos de los libros que aglutinan los versos de todos sus componentes mientras Marianella ideó un juego participativo para todos: repartir papeletas con una frase cada una, y a partir de una puesta en común, escribir un poema entre todos los presentes. El resultado, fruto de una de las experiencias más gratificantes vividas por esta Asociación Cultural, se resume en estos dos poemas escritos por todos los niños asistentes.
En esta ocasión, los versos respiran infancia:


POEMA 29 de abril
Por las mañanas de abril,
salen flores que no dejan de salir
con el brillo del sol, qué dulce olor.
Los árboles las protegen y en abril,
aguas mil.
Silencio, que hay olas,
que hay una sombra y en las nubes
hay lluvia, y cuando abres el armario
te das un golpetazo. En la ventana se
ve un árbol con su rama,
la gente tiene sueño, un grito,
las luces en el espejo donde se refleja
el camino, donde se escucha el llanto
escrito en un libro que tropieza
con una piedra. Una niña de 4º A
se comió un bocadillo de verdura,
y su amigo le dió un beso para poder
ir al circo en una nube, para que la risa
y el agua de todo el planeta se juntaran.
Como me he portado bien,
mis papás me han regalado un caramelo,
se escuchó un grito de alegría y fui
corriendo al árbol por el camino,
y todo estaba en silencio, ardiendo
como el fuego estaba también un conejo
guardado en un armario, con un zapato
pegado al techo, y me entró la risa,
después el llanto y también el silencio.
Sentí hambre y me comí un bocadillo sin verduras
debajo de la sombra de una gran nube.


POEMA 30 de abril
Nada más despertarme,
abrí mi ventana, miré a lo lejos,
y allá en el horizonte vi un elefante
delirante, me miré en el espejo
y me quedé perplejo.
Volví a mirar y en el puerto vi un muerto
que no tenía nariz, junto al sofá,
bajo un techo, a la luz de un beso,
con su llanto acelerado, cayendo el agua
de la lluvia y en la mano una hermosa planta
como leche blanca, y me dieron un golpe
en toda la cara con una rama.
Apareció el fuego de repente y se me cayó la lente,
y para pensar me comí un caramelo
caído del cielo, y con una risa acelerada,
se apagaron las luces, me entró el sueño
y apareció un gato que me arañó un buen rato.
Aprovechando que hoy llovía, no he regado
mis plantas. Todo estaba en silencio, sólo
se oía la lluvia. Reflejado en el espejo se veía
un elefante con una enorme nariz jugando
con una piedra y un gato al lado del fuego.
Había luna llena, pero el agua seguía cayendo
gota a gota hasta el suelo. Y yo lo miraba
por mi ventana. Mi perro se dió un golpe
contra el cristal, leyendo un libro, desembarcando
en el gran puerto mientras yo soñaba con tus besos
de caramelo con sabor a leche.
Aún podemos ver el horizonte con las risas
en el placentero circo, bajo el llanto del cielo
en su techo de nubes casi sobre una rama.
Y entonces, salió el sol junto al Arco Iris.
Anoche me inspiró la luna y encendí un
fuego reflejado en mi espejo, y se creó un
gran sueño con un libro que tenía un niño.
Me di un golpe en la cabeza y se creó un gran silencio,
y comenzó a llover leche y hubo algunas risas,
y me rasqué la nariz con una rama,
mirando casi al horizonte que vi por la ventana,
y sólo el agua se oía en el completo silencio.
Y llovian caramelos que inundaron el sofá
donde había una planta que parecía una piedra,
y me dieron un beso, y toqué el techo
haciéndome sentir tan alto como un elefante,
y para celebrarlo llegó el circo con muchas luces
que iluminaron todo el puerto.
Lo único triste que había era el llanto de un gato.

DESNUDO, poema y fotografía de Isidro R. Ayestarán


Ovillo corporal de miseria humana,
tendido en la lona del ring manchado de sangre,
sorteando los golpes sin guantes de la vida,
humillando la mirada en mi alcoba perdida.

Refugio mis recuerdos del rencor del silencio,
respiro mi aroma sediento de tus besos,
mi frágil cuerpo que te añora, mis brazos
que no abarcan más que un punto en el infinito.

Desnudo de tus palabras, de tu acto de amor
eterno, inspirador mil veces del aliento certero
en el caminar errante del poeta mudo,

del viejo trovador que canta en un solo a la luna
la estrofa del verso destruido, el poema del
abandono de lo que fuimos, de todo aquello que hemos sido.

Y tú... tan lejos todavía,
que esta memoria se olvida del nombre de tus ojos,
y si es que alguna vez tuvo poder tu mágica sonrisa.

Y yo... reconvertido en un ornato en aquella
página en blanco lista para mis letras,
si es que me dejas que te las escriba,

si es que me dejas vestir de nuevo
al poeta desnudo que vive en la eterna carencia,
en el recuerdo de un simple beso,
bajo el resplandor cegador de una caricia.

Y desnudo de ti...
Y desnudo de vida...
Y desnudo de alma...
... y desnudo de mis propios versos.

RECUERDOS, de Javier Perales


¿Dónde están aquellas noches de hace años?
Perdidas en el tiempo de un instante,
al abrigo del son de mar.
El húmedo y cálido sabor de tu saliva,
clandestino placer que me hacía sentir humano,
bendito como maná cubriendo un suelo estéril,
libre flotaba en mareas de gente disoluta:
"amanece que no es poco".
Con la niebla en los ojos, sobre el pelo,
entre los dientes.
Colecciono miradas a deshora,
me atraviesan, me sentencian
se apoyan y me abandonan.
Buscando un oasis aislado del mundo,
del todo, de todos.
Buscando calidez y complicidad,
sumergido en el oscuro laberinto de mis sábanas,
revolviéndome entre ellas.
Apoyado en una almohada vacía, pensando lastimado,
porque fue entonces cuando volví la vista atrás,
porque fue entonces cuando te eché de menos.

fotografía original de Jan Saudek