EL PERIODISTA DE CUERO de Juanjo Galíndez

El periodista de cuero
se cuela invitado.
Sus ruedas no despejan
perfil,
recomiendan lágrimas
recorriendo juntas
escapes fumados.
Consuela la vejiga suave,
alegría en sus cantos,
susurrando hacia dentro,
relamiel de tus labios.
El periodista de cuero
busca el mundo
deseando morir.
Anoche le preguntaron
que qué contemplaba...
Anoche.
Sus armas son brazos,
siempre y confiado,
por eso no llora,
sorbe sonriente
dulce y salado.
El periodista de cuero
no existe, le viste
palpitando.
Prueba a colarte
entre posos
de cromado.
El periodista de cuero
no existe,
le inventé
por estar a tu lado.

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