SENTIMIENTOS EN EL PARKING de OSCAR DOMÍNGUEZ


A Charo Cuena por tus ánimos

Te dije: –De vez en cuando, es bueno cambiar de tema–.
Tus lunas negras me miraban extrañadas.
–Bastante tenemos con la vida–.
Por eso es bueno hacer alguna pausa.
Me pregunto qué nos ha pasado,
a dónde nos lleva la marea,
qué satélite influye hoy en nosotros,
cuál es la esquina que doblamos.
Es extraño, de repente
sólo existe un silencio tan minucioso
como el de un parking subterráneo
lleno de números, líneas divisivas.
En tu boca dos leones bostezan, en la mía se escucha la caída de una hoja.

Hay sombras reales de objetos imaginarios,
hay vidas más tristes que Neruda en el exilio.
Escucho dos verdades,
que hay cosas que te debo, un beso a medio pulmón
una sonrisa de nácar
y dos versos desde el corazón,
que hay algo que me debo, regalarme una dosis de valor
cruzar el pasillo hasta tu boca
y un baño de espuma.

Me pregunto qué ha fallado,
por dónde volaron los suspiros,
qué significa esperar,
por qué la vida no es un cuento de hadas.
No todo es como esperamos,
no todos los deseos son capaces de cumplirse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario