DE NOCHE, de Dori Campos

En el vientre hay una sima,
donde quedan agarradas las palabras,
y los nombres se despiertan como pájaros
en árboles a oscuras,
voces al amanecer del sueño escapan de sus dueños,
volando a sus destinos obstinados,
son ese aire que borra desiertos en la piel,
y roza la conciencia distraída,
así como si fueras tú, en mi caverna alucinada.

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