DESAYUNO, de Marianella

No me mires así,
hoy estoy descalza y lacia
me escondo entre ventanas.
Abro el grifo y me lavo las manos,
que se moje el rastro de tu abrazo
que se deshaga en gotas
que resbale por mi palma.
Abro la ducha pero no me baño
me subo al borde de la bañera
y dibujo tu nombre con las yemas de los dedos
te escribo un poema transparente
y resbalan las letras amorosas
por el azulejo.
Cama blanca para el amor.
Redonda me meto dentro.
No me mires,
no me mires así, semidesnuda,
con la carne blanda y los muslos ateridos.
Pero ella me contesta detrás del espejo
otra, la que no soy, la que fui,
la que no está, la que no vuelve,
la que se pierde rotunda cuando llega a la cocina
con las manos secas y los zapatos gastados
para encontrarte,
trayendo el pan y sonriendo.

1 comentario:

  1. Versos suaves como una pluma que sin quererlo cortan. me encanta tu poema.

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