SENDEROS DE POETA, de Isidro R. Ayestarán

No se hicieron las tardes de domingo

para hablar de amores perdidos,

ni el horizonte de mi bahía

para ser camuflado por la neblina matinal.


Los rayos del sol se funden con el mar

bicolor entre crepúsculos y lágrimas vertidas,

y los solitarios no lo son menos por maquillar

artificialmente sus sonrisas de mentira.


Hay quien dice que los poetas naufragamos

en cada uno de nuestros versos,

y que como los buenos capitanes,

nos hundimos con nuestro barco,


y los hay también que se sientan a

contemplar el caminar errante de las musas,

el footing del alcohol en sus venas, y el calor

de aquel beso que ya se pierde a lo lejos.


No se hicieron las mañanas de lunes

para escribir poemas amparados en el recuerdo,

para ensordecer con el estruendo de los silencios,

apoyarme en el balaustre de la nostalgia,

y musitarle al viento que aún le quiero.


No, querido destino incierto,

no nacimos los poetas para dejarnos la piel

en este cruel sendero de letras plañideras mientras

nos lanzamos a la búsqueda de su encuentro.


El amor nos lleva delantera, compañeros…

Un par de páginas, por lo menos.


1 comentario:

  1. muchas gracias isidro por tu comentario, y tambien me quedo con tus dos ultimos versos de este genial poema:

    El amor nos lleva delantera, compañeros…

    Un par de páginas, por lo menos.
    y desde luego, es asi.

    saludos

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