CAPUCCINO de JAVIER PERALES


El color negro de sus rizos
contraste prendiendo el rosa de su cuello
caído hasta la espalda,
donde me asomaba por encima
hasta poder ver su trasero erguido,
la talla cuarenta era una frontera inalcanzable
que no me importaba imaginar,
e Ella tampoco,
jugábamos a completar un crisol particular,
el esperma pálido sobre su piel,
el color vivo de su sexo,
blanco y negro cascada discurriendo por su pelo,
capuccino entre sus nalgas
escurrido en su ropa interior,
descargando una estampida de sabor en su boca,
explosión de sudor en las sábanas
hasta empañar los cristales
cómplices de lo que ocurría en el interior,
aún me acuerdo de aquello

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